domingo, 15 de marzo de 2009

Mariposa II

"No sabía qué haría en un futuro, ni a qué dedicarse, tampoco si tenía inquietudes, o un objetivo en su vida... No sabía siquiera si iba a seguir viva al día siguiente. Y tampoco le preocupaba demasiado.

Y mientras pensaba en esas triviales cuestiones, algo hizo que se detuviera en seco. Una hermosa mariposa de grandes alas en tonos azules volaba dando vueltas a su alrededor. La muchacha intentó seguir la estela de su vuelo con una mano, y al ver la mariposa que la chica había reparado en ella, se posó en su pelo. Le pareció ver entonces, al contraste del radiante azul de las alas del insecto y el profundo negro azabache de sus cabellos, que la mariposa incluso desprendía un delicado resplandor y que los surcos que dibujaba con sus elegantes desplazamientos en el aire quedaban marcados por una senda de minúsculos destellos azulados.

La niña, maravillada por la magnificencia de aquel pequeño ser, hizo ascender su mano para tocarla y así ver si su tacto era equiparable a la belleza de su pequeño cuerpo. Entonces la mariposa, al pensar que aquella gigante extremidad pretendía robar el brillo de sus alas, se asustó y comenzó a volar.

De repente, y sin saber por qué, la chica empezó a correr tras la mariposa, y todo lo que había estado pensando unos momentos atrás desapareció de su mente: ahora sólo podía pensar en atrapar a esa mariposa. Además, ese sentimiento se acrecentaba a cada paso que daba, puesto que parecía que el mismo aire estaba perfumado si había sido rozado por el rumbo del animal."

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